La sociedad se ha empeñado en imponernos rolles de belleza bastante difíciles de conseguir puesto que no todos los cuerpos son iguales.
En el caso de las mujeres, la imagen de cómo deberían de ser para sentirse guapas lleva muchos años conviviendo con nosotros, y no solo eso, sino que es un tipo de cuerpo inalcanzable para la mayoría y muy sobre explotado en los medios de comunicación. Esto hace que miles y miles de chicas se sientan mal consigo mismas por no poder complacer a nuestra querida industria de la imagen y de la comunicación.
Hay hombres acomplejados, pero por suerte son muy pocos. Si preguntas en tu círculo de conocidos podrás comprobar que un porcentaje muy muy alto de chicos no tiene ningún tipo de complejo físico, mientras que en el caso contrario, en las chicas, rara es la que no tenga ninguno. Y más en profundidad, los complejos de las mujeres se centran más que nada en el peso y en tener unas caderas o piernas demasiado grandes.
Vale, ¿qué es demasiado grande?
No tenemos que cumplir con las medidas 90-60-90 para estar bien, no necesitamos caber en una 36 para gustarle a alguien, no tenemos que ser como quieren que seamos.
Cada persona tiene su encanto, todos tenemos algo que llama la atención de otro, aunque no de cientos. Pero, para qué quieres tener cientos de personas admirando tu cuerpo si no sabrían qué hacer con él, si solo valoran eso..
Un cuerpo bonito es un cuerpo que se quiere y es querido, un cuerpo que es aceptado cada mañana y cada noche por quien lo habita y no por los dueños de los medios. Un cuerpo diez es el cuerpo que se muestra tal y como es, un cuerpo en continuo proceso de cambio, un cuerpo al fin y al cabo.