13 de abril de 2017

El sexo es para mayores de dieciocho.

¿Por qué prohibimos el sexo a menores?

Como me he criado viendo avisos de +18 cada vez que mi inocencia se veía amenazada con una escena, imagen o monologo sexual, nunca había pensado cuán extraño es eso.

Todas las personas nacemos con órganos sexuales, somos seres sexuales, y en vez de enseñarnos qué es lo que tenemos entre las piernas, cómo se usa, cómo no se debe de usar, qué pasa si me toco en un punto del cuerpo, qué pasa si me tocan otros.. Lo prohibimos. Como si evitando hablar de ello la sexualidad y la curiosidad humana desapareciera.

Si a un niño o a una niña, nadie le explica que puede hacer con su propio cuerpo lo que quiera, pero que nadie más tiene ese derecho, o que él/ella no tiene por qué tocar los genitales y/u otras partes del cuerpo de otra persona, seguirá saliendo en el periódico casos de abuso de menores y violaciones.

Si nadie se acerca a su hija o a su hijo y le habla, realmente, sobre relaciones sexuales, sobre masturbación, sobre el sexo, seguirán malaprendiendo que la penetración es la relación sexual, que la masturbación no está bien y que en el sexo, si algo está mal visto por otros, es que está mal.

Si seguimos avergonzándonos al hablar de sexo, seguiremos creyendo y creerán, que es mejor no hablar del tema, y entonces, cuando tengan dudas; problemas; situaciones difíciles, no te buscarán a ti, sino que internet será , por suerte y por desgracia, su respuesta. Y en internet no sólo hay páginas de sexólogos/as e información fiable; en internet está todo lo que tú nunca le aconsejarías. ¿Por qué dejar la educación sexual en manos de una máquina?

Lo más curiosos de esto es que cuando llegamos y pasamos los 18 años, y supuestamente ya estamos ¿capacitados? para esas escenas, imágenes y diálogos sexuales, para aprender, ya hemos averiguado lo que es eso del sexo, y no tenemos ni idea. Hemos aprendido a callar, a sentir vergüenza, a censurar y a juzgar, tal y como nos han enseñado. Hemos aprendido poco más de que hay que usar condón, hay que temer a las ETS, y a los embarazos, que cuanto más grande mejor, que según si eres chica o chico el número de personas con las que hayas estado te colgará una etiqueta u otra, que la virginidad es algo difícil de definir pero súper importante, y que follar tiene un objetivo. El daño, como veis, ya está hecho.

Convivir con tu cuerpo dieciocho años sin saber cómo usarlo y relacionarte con muchísimas personas durante todo ese tiempo sin tener claros algunos conceptos nos lleva a construir esta sociedad que cree en la virginidad como si de un dios se tratase, y que presencia todo tipo de abusos y faltas de respeto constantemente.

Personalmente, empezaría a catalogar de +18 todos esos contenidos que fomentan el racismo, la homofobia, el machismo, el bullying, el odio, los cánones de belleza, la ignorancia y la incultura, que tenemos tanto en televisión, como en internet, pero no el sexo.




8 de marzo de 2017

El 8 de Marzo no es una oda al coño.


No, el 8 de Marzo no es una oda al coño.
No es el día de pasar imágenes y texxxtos sobre lo bonitas que son las mujeres.
No es el día de contar chistes sobre los hombres.
No es el día de felicitar a tu madre por trabajar tanto dentro como fuera de casa.
No es el día del par de cromosomas XX.

El 8 de Marzo es el único día en el calendario, en el que la prensa, los medios y muchas personas se acuerdan de que se siguen matando mujeres; de que todavía hay hombres que se creen con derecho sobre la mujer; de que hay violaciones cada semana; de que hay mujeres que tienen miedo de ir solas a su casa por la noche; de que están hartas de que les metan mano en cualquier pista de baile; de que no hay igualdad.

El 8 de Marzo exxxiste porque está mal visto hablar de tu coño, decir que tienes ganas de echar un polvo, decir que te gusta el sexxxo oral. Porque está mal visto tu cuerpo, aunque te quieras. Porque puta zorra siguen siendo insultos. Porque ser una guarra en la cama es despectivo aunque les guste que lo seas. Porque te dicen cómo debes vestir para que te desvistan.


El 8 de Marzo no felicites a las mujeres de tu entorno, hazles un favor y los 364 días restantes del año lucha por sus derechos, respetalas y sobre todo, respétate.

1 de marzo de 2017

MUJEREXXX

Las mujeres tienen un cuerpo, una sexualidad y una libertad que, desgraciadamente, se ven juzgados a diario. 
En vez de promover el autoamor, el sexo y el placer, nos empeñamos en concienciar a todas esas niñas que están formándose y conociéndose, de que ni su cuerpo ni el uso que le da están bien.
Se juzga a las jóvenes que descubren su sexualidad en su habitación sin la ayuda de ninguna otra persona; a las que disfrutan de sí mismas; a las que exxxperimentan. 
¿De verdad os parece raro que una mujer consuma porno? por muy enfocado al hombre que esté 
¿os llama la atención que una mujer se autogestione orgasmos? Pero, ¿por qué?

Creo que el cliché de que a las mujeres no les gusta el sexxxo se quedó un poco anticuado. De hecho, me atrevería a decir que el sexxxo y la mujeres se amigaron el día que el hombre se dio cuenta de que el objetivo del follar no es su propio orgasmo, sino que el sexxxo es en sí el objetivo. 

El sexxxo es placer, es conexxxión, es diversión, es pasión, es tierno, es duro, es lo que tú quieres que sea, es lo que tú decidas que tiene que ser, y solo tú (y con quien lo estés compartiendo) tiene el poder de juzgarlo. Porque cada vez que follas construyes algo nuevo. Te vuelves artista y creas, te vuelves animal y te abandonas a los instintos más primarios , te vuelves director de la próxima película que reventará las taquillas, te vuelves escritor y escribes el relato erótico más real que exxxiste.
¿A quién no le iba a gustar eso?

Las mujeres follamos, hacemos el amor, tenemos relaciones sexxxuales, practicamos y nos practican sexxxo oral, nos masturmamos, nos interesa el sexxxo, hablamos sobre él. Nos ponemos cachondas en cientos de situaciones. Tenemos orgasmos y nos encanta, incluso varios seguidos; nos corremos, nos tiemblan las piernas. Y es maravilloso.



Evidentemente no hablo en nombre de todas las mujeres del mundo, porque ni me gusta generalizar, ni todas pensamos igual, pero seguro que más de una coincide conmigo.

5 de febrero de 2017

Mis bombones, mis reglas.

No hace mucho, unas dos semanas atrás, estaba en un bar con una amigo, y realmente no creeréis lo que nos pasó, porque yo aún no me lo creo.

Mientras nos poníamos al día tomando café, saqué una caja de bombones que había comprado en una tienda cercana y le ofrecí, comimos los que más nos apetecían y dejamos la caja encima de la mesa. A lo que llegó una mujer, miró mi caja de bombones y me preguntó si podía coger uno. Le respondí afirmativamente, a pesar de no conocerla de nada. Mi sorpresa vino cuando aquella mujer, en vez de elegir el que más le llamase la apeteciese y dar las gracias, cogió tantos como le cabían en la mano y se marchó.
Algo cabreada con la mala educación de la mujer le llamé la atención y me dijo "no haberme dicho que sí", y se fue.
A pesar de la rabia que me produjo esa situación, intenté seguir pasando un buen rato con mi amigo y seguir disfrutando de la merienda.
Al cabo de un rato entraron dos chicas al establecimiento, pasando muy cerca de nuestra mesa. Dos sorbos al café más tarde, una de ellas se acercó y metió su mano en mi caja, sin mediar palabra, cogió uno de los dulces que aún quedaban y se fue, así sin más. Yo, me levanté enfadada y su acompañante me replicó "Qué esperabas, teniéndolos ahí encima de la mesa, a vista de cualquiera, es normal que le apetezcan..."

Como no cabía en mi la indignación que tenía, pagamos el café y nos fuimos sin la dichosa caja, alucinando con el acontecimiento tan surrealista que acababamos de presenciar, preguntándonos por qué aquellas personas tenían ese comportamiento, por qué esa mala educación.

¿Que por qué aquellas personas tenían ese comportamiento, que por qué esa mala educación?

Es sencillo. La educación que recibimos, y no hablo de la educación de los colegios e institutos, sino la del entorno, la de la sociedad, la de los medios, nos enseña a guardar la caja para no llamar la atención, y así evitar situaciones como la arriba descrita.
Nos enseñan a evitar las violaciones, como si éstas existieran independientemente de todo, como si la única solución fuese eso, prevenir. En vez de enseñar a los hombres que ni puedes coger algo que no es tuyo por el simple hecho de que estaba ahí llamando tu atención; ni puedes coger y hacer cuanto te plazca, porque te hayan dicho un "sí".


Esto, no deja de ser un texto ficticio. Pero, a diferencia de en un caso de violación, aquí tenemos muy claro que el comportamiento de esas mujeres es de todo menos normal, y por qué no decirlo, es muy difícil de creer que se puedan comportan así, ¿no? Si ni es tuyo, ni te han dado permiso, no lo coges o lo usas a tu antojo, como si nadie más estuviera delante, no actúas como si fueras un ser superior que puede hacer y deshacer a su antojo. Y también consideramos normal que dos personas puedan dejar a la vista una caja de bombones, aunque se les pueda apetecer a la mitad del bar, ¿por qué iban a esconderla?
¿No?

9 de enero de 2017

Ammmmmistad

Estamos muy mal acostumbrados a creer que las amistades son verdaderas si suman años, si nos acompañan en los cumpleaños, en las fiestas y en las despedidas, si nos cuentan sus más banales secretos.
Para variar, creemos mal.

Amistad, que no acaba ni en -a ni en -o, es encontrar en una misma extremidad el hombro para llorar; el codo para empinar y la mano que te dé cuando lo has hecho mal.
Es la sabia voz de la razón que te incita a pecar, pero siempre en compañía, alejando tus miedos del qué dirán aquellos que no te conocen, y que no quieren hacerlo.
Es el interés y la paciencia de escucharte, de conocer todas tus versiones, tanto la cara A y como la cara B.
Es saber que no has sido tú, por muchas lenguas viperinas que le digan lo contrario. Confianza, respeto.

Leer, escribir, cantar, bailar, salir, viajar, descubrir, emocionarse, reír, volar, soñar, equivocarse, querer.

Es querer crecer contigo.

Ahora desconocidos.


Y así, como quien no quiere la cosa os desconocisteis.
Olvidasteis daros los buenos días, las buenas tardes y las mejores noches;
olvidasteis preguntar qué tal, cómo estás, qué es de ti;
olvidasteis saludaros cuando os cruzáis;
olvidasteis el "nosotros" para ser yo y otro, otro y yo,
otro yo y otro tú.