Para variar, creemos mal.
Amistad, que no acaba ni en -a ni en -o, es encontrar en una misma extremidad el hombro para llorar; el codo para empinar y la mano que te dé cuando lo has hecho mal.
Es la sabia voz de la razón que te incita a pecar, pero siempre en compañía, alejando tus miedos del qué dirán aquellos que no te conocen, y que no quieren hacerlo.
Es el interés y la paciencia de escucharte, de conocer todas tus versiones, tanto la cara A y como la cara B.
Es saber que no has sido tú, por muchas lenguas viperinas que le digan lo contrario. Confianza, respeto.
Leer, escribir, cantar, bailar, salir, viajar, descubrir, emocionarse, reír, volar, soñar, equivocarse, querer.
Es querer crecer contigo.