9 de agosto de 2014

Oh darling, my heart is on fire.

Solo echamos de menos las cosas cuando verdaderamente las hemos perdido. Cuando sentimos que lo tenemos todo y seguimos queriendo más, cuando echamos de menos sufrir, cuando ya no hay más cosas reales de las que nos podemos quejar. Es ahí donde decidimos romper con nuestra felicidad continua y decidimos complicarnos la vida de una forma estúpida y realmente dolorosa. 
Porque la felicidad reside en las personas, y cuando escogemos cambiar el rumbo de nuestras alegrías estamos echando por tierra los sentimientos de la otra persona que sujetaba con nosotros la cuerda del bienestar. Cierto es que una cuerda no pesa mucho, no es difícil de recuperar.. pero depende completa y absolutamente de dos, de sus dos lados, de su principio y su final, y por mucho que queramos atarla de nuevo para recuperar su altitud, por mucho que deseemos volver a nuestro paraíso particular, ya no tenemos derecho. 
Las decisiones que tomes en la vida tienen dos características principales. Son irrevocables y son tuyas. Con eso tenemos que aprender a vivir y por desgracia o por fortuna es lo que nos hace avanzar. Equivocarse va de la mano con crecer, por poco que nos guste.


"Yo no escribo para gustar, escribo para desahogarme"

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