A veces me asombro al darme cuenta de las estrategias ocultas que se esconden en la rutina diaria y que sorprendentemente las hemos asumido como algo inofensivo.
Para ir poniéndonos un poco en materia, la publicidad no son solo aquellos anuncios molestos que nos cortan nuestra película en la televisión, o los catálogos que aparecen en nuestro buzón y que podemos tirar sin más. La publicidad es un conjunto de estudios, estrategias y como no, resultados, de los que nosotros, las personas, somos los objetos de prueba. La publicidad pasa de los míticos anuncios "inofensivos" a colarse en nuestra vida y en nuestra mente, se apodera de nuestros impulsos capitalistas obligándonos a necesitar. Porque no es cierto que nos inciten a comprar algo o a consumir un servicio, sino que nos crea la necesidad de necesitarlo, de quererlo. Y no es solo eso, sino que también nos crea una forma de ver la sociedad en función de lo anunciado. Es decir, nos muestran cómo, quién, por qué y cuándo han de ser consumidos esos productos, y desgraciadamente caemos como moscas.
Año tras año, y como todo, evoluciona y se expande por las actividades diarias, pero esto lo vemos mejor con ejemplos.
Los anuncios de coches son un claro ejemplo del sexismo social con el que compartimos calle. Digamos que en un 90% de los casos (tirando a la baja..) los conductores son hombres. En los anuncios nos enseñan que cuanto más caro y mejor sea el coche, más prestigio tendrá el conductor y a más mujeres atraerá. Porque desgraciadamente si una mujer sale en un anuncio de esta clase, en la mayoría de los casos es o como otro complemento del coche o sin demasiada ropa.
Los anuncios de detergentes y demás productor de limpieza, cosas para el cuidado de niños, depilación, productos anti imperfecciones, dietéticos, para mejorar el tránsito intestinal, y similares, solo muestran mujeres. Y si aparecen hombres, os aseguro que no están dando uso del producto publicitado, Esta es la clase de anuncio que más me enervan, los que venden más la imagen de la mujer ocupándose del hogar, del criado de los hijos, de estar siempre "perfecta".. que la del producto en cuestión. Este tipo de anuncios son los que nos hacen ver que la sociedad, aunque pueda parecer que ha avanzado mucho en este ámbito, sigue casi igual.
Además de estos ejemplos de roll, la publicidad ha llegado a invadirnos en casa, colándose en nuestro ordenador, y esto realmente me inquieta, pues los anuncios que nos aparecen en la pantalla del pc varían según las cosas que hemos buscado por internet, y si no os habéis fijado podéis hacer la prueba. Si entras en una página de zapatillas deportivas, por ejemplo, de forma innata te van a ir apareciendo a lo largo de unos días anuncios en los bordes de tu pantalla sobre zapatillas deportivas.
Más profundo aún, ahora buscando en la reflexión más que en la imagen. ¿Cuántas cosas tienes en tu casa que realmente no necesitas? Piensa en una lista de unas diez cosas, objetos, prendas de ropa, etc de las que te podrías deshacer y nada se vería alterado en tu día a día. Cuántos aparatos tecnológicos, vestimentas, relojes, cosméticos y demás tenemos en nuestros hogares y que casualmente, aunque los hemos renovado, los "antiguos" no se han estropeado, Por qué, si mi reloj de muñeca está en buen estado me he comprado otro, sencillamente porque se agotó la pila. Por qué, si mi móvil funcionaba he comprado otro más nuevo pero con las mismas características funcionales al fin y al cabo..
Porque la publicidad nos ha enseñado dos cosas. La primera es que los seres humanos lo necesitamos todo, necesitamos cada cosa que anuncien. Y la segunda, que es mejor el que más tiene, el que más se gaste en algo y el que más a menudo renueve sus pertenencias.
Tenemos que demostrarles a los que "dirigen el mundo" que somos más listos que ellos, que el cebo de la publicidad y el consumismo se lo pueden tirar a otros, que nosotros no vamos a picar más.
"Yo no escribo para gustar, escribo para desahogarme"
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