4 de diciembre de 2016

Generalísimo

En el mundo de la globalización la generalización es ley. Ordenar según criterios que son de todo menos fieles a la realidad, estereotipar colectivos, clasificar como si de una producción en serie se tratase.

Así resulta más fácil controlarnos, te indican cuál es tu grupo y a qué rasgos deberás de responder a partir de ahora si no quieres sentirte desplazado. Además, te señalan a los que serán tus enemigos, por si en algún momento te da por pensar y te das cuenta de que compartes mucho más con alguien de fuera de tu grupo que con uno del mismo. 

Los chicos de azul, las chicas de rosa y los malos de negro. Y ya está. 

Es cierto, todavía no nos han puesto rejas en todas nuestras jaulas, de momento solo las llaman fronteras y están marcadas en un papel.

¿Pretendes romper con las normas no escritas de tu colectivo? No te preocupes, todos sabemos lo que hay que hacer para que vuelvas al rebaño; no dejaremos que pienses por ti mismo o que hagas lo que realmente quieres, porque entonces toda esta estructura, la jerarquía y el orden de biblioteca del que gozamos, se derrumbaría. Así que desde el insulto y la vejación hasta la agresión física, pasando por la injusticia social, laboral y en cualquier ámbito que se nos ocurra, acabaremos con tus ganas de ser tú, de abandonar el nosotros.

Los chicos no lloran, los chicos son fuertes y besan a las chicas. 
Las chicas son solo emociones, delicadas y se dejan besar por los chicos.
Los blancos son superiores a los demás.
El rico siempre será más inteligente que el pobre. 
¿Véis que fácil es? 

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