La vida es tránsito, es subir y es bajar, ir rápido, lento o quedarse en el sitio, al menos por un momento. Es correr porque llegas tarde a una cita especial con alguien no importante, es quedarse el último de una conversación. Es esto que pasa y que avanza y que se escapa de las manos cuando intentas atraparlo.
Cada día me doy más cuenta de que hay personas que sí que saben vivir, y que luego hay otras, a las que no se nos da tan bien, y es que , aunque le ponga empeño, mi vida está gobernada y dirigida, y no debería de ser así, no tendría que seguir ninguna línea de acción.
Me propongo cambiar, pero no me sale, me encasillo en un papel que nunca supe interpretar, que nunca odié tampoco, pero que al fin y al cabo era un papel. Abro la ventana y digo, hoy sí, pero nunca me tiro, ni tampoco sacudo mi cabeza de pensamientos negativos, sencillamente me autoengaño como cada mes diciendo que sí, que es el momento idóneo para cambiar y que lo voy a hacer, siempre para mejor, claro. Y mientras pasan los días yo no me doy cuenta, pero también pasan las vidas, y no es hasta esos momentos más límites en los que me paro, bajo y digo "joder, que quiero cambiar y que no sé".
Espero anhelante el día que se alineen los astros y me hagan el gran cambio, o a que venga alguien y me diga cómo hacerlo, o quizás un libro mágico, o una pócima, ni lo sé, pero eso, yo espero. Espero aunque sé que así no va a cambiar nada, es estúpido, sí, me río y vuelvo a lo del mes anterior.
26 de marzo de 2016
16 de marzo de 2016
Cada día me sienta peor ver el telediario.
Soy ciudadana española porque nací aquí, os prometo que no tuve que hacer ningún mérito.
Soy caucásica por herencia genética, tampoco pusieron empeño mis padres en decidir mis rasgos y tonalidad de piel.
Soy mujer porque tenía un 50% de probabilidades de serlo, mi padre no eligió qué cromosoma proporcionar.
Soy heterosexual, no sé qué explicación darle a esto, pero tampoco me quita el sueño.
Soy una persona que nació con suerte, con una buena red de apoyo, un Estado que en mayor o menor medida se ocupa de mí, tengo derechos, tengo opción a elegir en muchos y muy diversos ámbitos, una familia competente y responsable, un ambiente rico en estímulos e influencias positivas. Tuve y tengo la oportunidad de estudiar, poco a poco me construyo y me modifico gracias a todas las fuentes de información de las que dispongo, y sobre todo, gracias a todas las personas que me rodean.
Pero hay veces, muchas veces, que me topo con personas en otras condiciones, que no son ciudadanos españoles; que no son caucásicos; que no son mujeres ni heterosexuales. Y que, muchas veces, por no ser ciudadanos españoles; caucásicos o heterosexuales, no gozan de todas las oportunidades de las que anteriormente he alardeado. Hay personas que nacen unos metros más arriba, o más abajo, de las líneas negras y finas que separan un país de otro, y que por tanto, no pueden elegir o no tienen de quién o de qué tirar cuando no tienen nada. Puede que por nacer con los ojos más rasgados o con la piel más oscura tengan que sufrir vejaciones, un lunes por la tarde, un sábado por la noche, da igual, siempre pueden ser "blanco" de los insultos, de las humillaciones, de la indiferencia o discriminación. Hay personas, que por amar son juzgados e insultados.
Hay personas que nacen sin suerte, independientemente de su etnia; su género o su condición sexual, y también son maltratados, porque como no es suficiente no haber tenido una oportunidad hay que ir y menospreciarlos, recordarles que ellos no, que ellos no han nacido con la suerte necesaria para ser persona, que si viven en la calle por algo será, y ya, que se queden ahí, porque es lo que merecen, por no tener suerte, por haber nacido así o ahí.
Hay personas que roban por necesidad, porque cuando naces sin una familia que se haga cargo de ti y tienes hambre, no te importa lo que puedan pensar; y menos aún cuando nadie te ha enseñado, nada. Hay personas que viajan durante días y semanas, en condiciones infrahumanas para llegar a otro trozo de tierra donde la gente parece tener más suerte, con la esperanza de que la compartan y así poder vivir, pero tampoco. No nos gusta que alguien venga a querer vivir, no nos gusta compartir derechos ni espacio con una persona sin suerte. Por eso, además de mirarla por encima del hombro, le ponemos trabas y zancadillas, "que se joda, por inmigrante", pero luego nos vamos a su país de vacaciones a alardear de suerte.
Me avergüenzan tantas de las conductas que veo a diario, ya sea in vivo o por medios de comunicación, que me encantaría ir persona a persona y decirles "Persona es un ser humano física, ideológica, religiosa y sexualmente libre, que no tiene que cumplir con ningún canon para que sea considerada como tal, y por tanto respetada."
14 de marzo de 2016
Ja
Que me río yo de los lunes y sus despertadores,
de los inviernos y sus heladas,
de la rutina y su monotonía.
Si quiere amanecer temprano, que amanezca,
que reinen las ojeras bajo los ojos
y los cafés oscuros.
Será que no temo el tedio,
que no me da miedo el horario,
y me declaro amante fugaz del aburrimiento.
Pues es que, borraría las semanas,
qué más dará el día que marquen
si siempre es buen momento,
para aprender y enseñar
a usar las veinticuatro horas del día
y no a dejarlas correr.
Que vivir es, entonces,
cansarse de soñar
y de estar despierto,
al mismo tiempo.
13 de marzo de 2016
Felichidad contemporánea
Es comprensible que, en los tiempos que corren, olvidemos qué es realmente lo mejor de nuestras vidas. Comprensible aunque no justificable. A veces se vuelve hiriente e incluso insultante.
Abrumados por lo que hay que hacer, se nos cierran los ojos y no nos da tiempo a soñar. Levántate, haz y ya, toma felicidad.
Pero, nunca te has sentado en el suelo de tu habitación, ni has cantado en el ascensor y se han reído tus vecinos. Nunca te has tirado boca arriba en la calle, y seguramente tampoco te has sentido patético y feliz al mismo tiempo. Se te olvida dónde hay que dar los besos para que sean especiales, y cómo, y a quién. Puedes contar las veces que has reído hasta sentir que no podías más, y tienes que medir el tiempo que empleas en absolutamente todo. Ya no ves pelis de noche entre semana, no te acuerdas de la última canción buena que escuchaste y que no te impuso la radio; se te ha olvidado lo mal que te sienta el gris.
Prefieres madrugar y ver el sol desde una ventana, que ver la luna crecer y amanecer con el sol, ojeras y café. No juegas, porque ya no sabes. No mezclas, porque piensas que no saldrá bien, pero no eres consciente de que para que sea una buena mezcla, tiene que salir mal. No te arriesgas, y por eso siempre pierdes, te sabes las reglas, pero no sabes saltártelas.
Abrumados por lo que hay que hacer, se nos cierran los ojos y no nos da tiempo a soñar. Levántate, haz y ya, toma felicidad.
Pero, nunca te has sentado en el suelo de tu habitación, ni has cantado en el ascensor y se han reído tus vecinos. Nunca te has tirado boca arriba en la calle, y seguramente tampoco te has sentido patético y feliz al mismo tiempo. Se te olvida dónde hay que dar los besos para que sean especiales, y cómo, y a quién. Puedes contar las veces que has reído hasta sentir que no podías más, y tienes que medir el tiempo que empleas en absolutamente todo. Ya no ves pelis de noche entre semana, no te acuerdas de la última canción buena que escuchaste y que no te impuso la radio; se te ha olvidado lo mal que te sienta el gris.
Prefieres madrugar y ver el sol desde una ventana, que ver la luna crecer y amanecer con el sol, ojeras y café. No juegas, porque ya no sabes. No mezclas, porque piensas que no saldrá bien, pero no eres consciente de que para que sea una buena mezcla, tiene que salir mal. No te arriesgas, y por eso siempre pierdes, te sabes las reglas, pero no sabes saltártelas.
Creo que es así
La pasión es eso que si se tiene, se sonrìe y se contagia a todo aquel que comparta al menos el aire de la habitación. Es fuerza y debilidad al mismo tiempo, es saber por qué te levantas cada mañana y por qué vuelves a la cama a soñar.
Me gusta la gente con pasión y apasionada, que da todo por algo sin importar las horas de dedicación.
Amar es sentir pasión por hacer feliz al otro, y amas a tu familia, amas a tus amigos, amas la vida y por eso la consumes.
Me gusta la gente con pasión y apasionada, que da todo por algo sin importar las horas de dedicación.
Amar es sentir pasión por hacer feliz al otro, y amas a tu familia, amas a tus amigos, amas la vida y por eso la consumes.

De otro planeta
Lo nuestro es de otro planeta,
está claro,
siempre lo estuvo.
Ni normal, ni cotidiano,
de otras fronteras,
de otras formas,
y al final,
de otras personas.
Lo nuestro es de otro planeta
donde no queda oxígeno,
ni agua, ni luz.
Otro planeta caduco,
que como cada otoño
acompaña a las hojas y se va.
Lo nuestro es de otro planeta,
pero nunca lo asumimos,
se nos quedó pequeño
o se nos hizo grande, no sé
y el planeta también.
9 de marzo de 2016
.
Palabras que no tienen ningún sentido ni intención,
fotos que no guardan recuerdos,
dibujos sin trazos ni color,
canciones sin música,
poesía sin espacios,
vida
sin
p a s i ó n.
C
Cuéntame cuántos miedos tienes por la noche,
qué te hace abrazar la almohada,
taparte con las sábanas la cara,
buscar paz donde nunca hubo guerra.
Cuéntame por qué no quieres que anochezca,
por qué retrasas el momento de irte a la cama,
que odias la luna
y te aferras al sol como si no quemara.
¿Qué atormenta tus descansos?
¿Quién habita bajo tu pelo?
¿Es real?
¿Es malo?
Será, niña inocente,
que te da miedo soñar,
que temes verte libre
que no quieres volar.
qué te hace abrazar la almohada,
taparte con las sábanas la cara,
buscar paz donde nunca hubo guerra.
Cuéntame por qué no quieres que anochezca,
por qué retrasas el momento de irte a la cama,
que odias la luna
y te aferras al sol como si no quemara.
¿Qué atormenta tus descansos?
¿Quién habita bajo tu pelo?
¿Es real?
¿Es malo?
Será, niña inocente,
que te da miedo soñar,
que temes verte libre
que no quieres volar.

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