26 de marzo de 2016

Try again

La vida es tránsito, es subir y es bajar, ir rápido, lento o quedarse en el sitio, al menos por un momento. Es correr porque llegas tarde a una cita especial con alguien no importante, es quedarse el último de una conversación. Es esto que pasa y que avanza y que se escapa de las manos cuando intentas atraparlo.
Cada día me doy más cuenta de que hay personas que sí que saben vivir, y que luego hay otras, a las que no se nos da tan bien, y es que , aunque le ponga empeño, mi vida está gobernada y dirigida, y no debería de ser así, no tendría que seguir ninguna línea de acción.
Me propongo cambiar, pero no me sale, me encasillo en un papel que nunca supe interpretar, que nunca odié tampoco, pero que al fin y al cabo era un papel. Abro la ventana y digo, hoy sí, pero nunca me tiro, ni tampoco sacudo mi cabeza de pensamientos negativos, sencillamente me autoengaño como cada mes diciendo que sí, que es el momento idóneo para cambiar y que lo voy a hacer, siempre para mejor, claro. Y mientras pasan los días yo no me doy cuenta, pero también pasan las vidas, y no es hasta esos momentos más límites en los que me paro, bajo y digo "joder, que quiero cambiar y que no sé".
Espero anhelante el día que se alineen los astros y me hagan el gran cambio, o a que venga alguien y me diga cómo hacerlo, o quizás un libro mágico, o una pócima, ni lo sé, pero eso, yo espero. Espero aunque sé que así no va a cambiar nada, es estúpido, sí, me río y vuelvo a lo del mes anterior.

No hay comentarios:

Publicar un comentario