está claro,
siempre lo estuvo.
Ni normal, ni cotidiano,
de otras fronteras,
de otras formas,
y al final,
de otras personas.
Lo nuestro es de otro planeta
donde no queda oxígeno,
ni agua, ni luz.
Otro planeta caduco,
que como cada otoño
acompaña a las hojas y se va.
Lo nuestro es de otro planeta,
pero nunca lo asumimos,
se nos quedó pequeño
o se nos hizo grande, no sé
y el planeta también.
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